Crónicas de un paisano observador

Madamme Butterfly

Madamme Buttefly es la casera de la habitación en la que he estado alojado durante mi estancia de tres meses en Hasselt. Es una señora de alrededor de 70 años que se dedica a la gestión de kots o casas para alquilar habitaciones a cualquiera que le plazca.

Como ya he comentado anteriormente en un post anterior, la primera impresión fue un poco bizarre. Entró hablando en francés en la habitación donde su hijo y yo estábamos acordando las condiciones del contrato de alquiler, como si yo de toda la vida lo hubiera hablado. Menos mal que gracias a unos conocimientos intermedios que poseo en esta lengua, pude interactuar con ella, e incluso llegar a discutir en algún momento.

En cambio, a lo largo de todo este periodo, no he llegado a tener más contacto con ella, ya que vive cerca de la zona fronteriza con Wallonia, muy lejos de donde estábamos viviendo y no he tenido ningún problema en la casa.

Lo más curioso de este asunto es el final de esta historia, el momento en que me he marchado de la casa: Una vez supe cuándo volvía para Bilbao, a su hijo le hice llegar un correo electrónico qué día iba abandonar la casa – tal y como habíamos hablado el primer día, allá por el 9/02/2009,- indicándole si fuera posible establecer un encuentro para determinar cómo iba a dejarles las correspondientes llaves. Además de esto, les recordé me facilitaran una factura de los pagos mensuales y el reembolso de la garantía depositada al principio de la estancia (alrededor de 600 €). Dicho y no hecho. La semana pasada tuve el primer encuentro: Madame Butterfly vino pero, en lugar de hablar sobre el tema, se fue por los cerros de Úbeda. Yo, en cambio, le insistí que debía darme una factura y los casi 600 € que me correspondían legalmente (en el contrato dice que te devuelven una vez abandonas la casa). Mutis por el foro. Primero me negó rotundamente que yo le hubiera pagado tal cantidad. Menos mal que hice el pago por el banco por lo que pude enseñarle el extracto del banco. Le Txikito 1- Madamme Butterfly 0. La dejé K.O. Al parecer, no quería soltar el dinero, quería quedárselo. Una vez resuelto el pequeño conflicto, fijamos una última reunión en la que ella, personalmente me iba a traer el dinero y la factura. Pero, ¡inocente de mí! ¡Qué iluso! A la siguiente reunión la señora de la casa envío a su amado hijo en lugar de aparecer ella. Esto era una señal: no quería dar la cara. Su hijo, siguiendo los pasos de su madre, evitaba hablar sobre el tema del dinero. Pero, ¡¡¡me estaba sorprendiendo a mi mismo!!! ¿Cómo podía estar pasando esto? Ya harto de tanta vuelta y mareo, llegué a comentarles que: (1) quería la factura; (2) el dinero en mano, nada de transferencias bancarias. En caso de que no se cumplieran ninguna de las dos condiciones impuestas, las llaves me las llevaba y les iba a denunciar ante la universidad (no olvidemos que colaboran con esta institución).

Al ver mi reacción, el hijísimo no hizo más que telefonear a la Madame,… y comentarle lo sucedido. Ella le mostró su desacuerdo gritando (se la oía perfectamente) pero, no ha tenido más que aceptar las condiciones. El viernes, 22 de Mayo de 2009, último día en Hasselt, apareció a las 12.00 p.m. un empleado de la casera con la factura y el dinero. No ha tenido el suficiente valor de venir ella y entregármelo en persona. Así se sabe cómo es la gente: superficial, avariciosa, y amargada.


Puede que resulte un poco cargante con el dinero, pero yo no le pedía nada más que lo mío, y lo que ponía en el contrato.

De todo esto, la conclusión que saco es la siguiente: cuanto más tienes, más quieres. Me parece muy triste quedar de esta manera. Os dejo una pregunta para que reflexionéis: ¿Cómo puede ser la gente tan rastrera en este tipo de aspectos cuando lo mejor es intentar cumplir las normas de la manera más correcta posible?¿Tanto cuesta?

1 Comment:

Ramón said...

Suerte has tenido de recuperarlo. Hay mucho casero aprovechado e hp

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